martes, 21 de octubre de 2014

Corazón helado


 
 
 
Nuestra pequeña esperanza se ha convertido en un embrión “precioso”. Me lo cuenta la bióloga al teléfono mientras yo doy saltos de alegría por el salón. “A día tres tiene 9 células. Muy buena calidad. Os está esperando en el frío!”
 
Y bailamos.
 
Y pensamos: “Vaya tontería, cada vez nos conformamos con menos. Si es sólo un embrión!”
 
Pero no. No es menos. Es nuestro milagrito. Un “superviviente” según Doc. El único que ha superado una ovulación espontánea! Ni que sea por eso merece toda la energía positiva del mundo… y en eso estamos.
 
Confiando. Sumando. Soñando.
 
 
Hoy, otra vez, todo es posible…



Pd.- Según los cálculos de Doc, la transferencia será a finales de noviembre o principios de diciembre en ciclo natural. A nuestro pequeño corazón helado le gustará el frío. Seguro.

 

lunes, 20 de octubre de 2014

La llamada y la esperanza

Doc me llama desde su móvil. Está de vacaciones pero esta mañana se ha pasado por la Clínica. Me cuenta que de los dos óvulos, uno ha fecundado bien y que si sigue así, mañana podrán congelarlo. “Nuestro superviviente”, dice con cierta tristeza. Luego un silencio breve. Y sigue…
 
- Lo siento mucho, Alba. Que sepas que estoy muy “cabreado”. Lo he repasado todo mil veces y mi conclusión es que ovulaste la noche anterior. El orgalutran tiene un margen mínimo de error y te ha tocado. Aunque para ti sea una “putada”, para nosotros es una buena noticia porque se supone que es algo puntual. Un golpe de mala suerte (otro más). No vamos a negar que para tu edad podrías tener una mayor respuesta a la estimulación pero sigues en los límites de la normalidad.
 
Intenta consolarme. Y casi lo consigue.
 
-  El día de la punción dijiste una cosa que se me ha quedado gravada: “Sólo tengo 31 años”. Y tienes razón. Para mi eres un reto. Y te prometo que lo voy a conseguir. Esto ya está al margen de la Clínica… es algo personal. Así que no pienses en nada ni te preocupes. Encontraremos la manera. Te prometo que te quedarás embarazada.
 
Y le creo. Y respiro. Y veo una pequeña luz después de dos días de sombras. Y recojo la toalla, y las esperanzas… y puede que incluso recupere la ilusión.

Gracias a mi chico, a Doc, a vosotras… entre todos habéis tejido una red. Y así es imposible darse por vencida.
 
 
 

sábado, 18 de octubre de 2014

Punción. Y punto.

No. No ha ido bien. De los 9 folículos, 7 estaban vacíos. Algo raro, muy raro. Sobretodo en una persona joven que aparentemente responde de manera “normal” a la estimulación. Cuando Doc ha entrado en mi habitación yo aún estaba medio dormida. Recuerdo levemente su cara de preocupación al decirme que “tenemos solo dos óvulos maduros”.
 
Luego he llorado.
 
Mucho.
 
Sin poder (ni querer) controlarlo.
 
Como una niña pequeña.
 
Mientras iba repitiendo “esto es una mierda”.
 
Siento el lenguaje, pero es lo que es.
 
Doc intentaba consolarme sin mucho convencimiento. Ni él mismo se lo cree.
 
Luego han llegado los tópicos: “Tenemos que esperar a ver si estos dos fecundan y se pueden congelar. No tires la toalla”.
 
Demasiado tarde.
 
Ya no hay ni toalla, ni fuerzas, ni paciencia.
 
Esto es una mierda. Una broma pesada.
 
Tengo 31 años y no puedo tener hijos.

jueves, 16 de octubre de 2014

Ni sí ni no, ni bien ni mal


Llegamos a la Clínica y empezamos con la eco de rutina. Hoy es el décimo día de mi tercera FIV. Llevo nueve noches de pinchazos. Y me huelo que esto se acaba. Doc me lo confirma: “seis folículos de buen tamaño en el ovario izquierdo y alguno más que se podrá aprovechar en el derecho” mi lado malo, al que le cuesta arrancar… Pienso que no está nada mal y en eso voy pensando mientras me hacen la última analítica: estradiol y progesterona. La enfermera me cuenta que esta noche debo inyectarme el Ovitrelle y el sábado, punción. Me tiemblan las piernas pero se me escapa la risa tonta de la emoción. Tengo un buen presentimiento, aunque anoche me mareé y llevo días con un dolor de pechos insoportable. Pienso que es normal y estoy contenta. Estamos contentos. Doc nos promete que él mismo hará la punción “aunque sea en sábado, no me lo pierdo!”. Y nos reímos.  
 
Y así estamos, ilusionados, pensando que por fin todo parece ir bien… cuando suena mi teléfono y veo el número de la Clínica
 
- Hola, eres Alba?

- Sí, soy yo…

- Te llamo de la Clínica para saber si ya has comprado el Ovitrelle.

- Pues no, aún no…

- Ah… mmm… pues, mejor, porque vamos a cambiarlo

- ¿Porqué? ¿Algo va mal? (empiezan a sudarme las manos)

- Mmm… noo!! Tranquila… esta todo bien…

En ese momento escucho la voz de Doc algo enfadado: “¿Como que todo está bien? No, no está bien!” Y le quita el teléfono de las manos a la pobre enfermera y me dice:

- Hola Alba, a ver, no te asustes…

- (yo ya estoy asustada…)

- Resulta que tienes la progesterona por las nubes, a 2,1 cuando el límite para hacer la transferencia es de 1,5. Así que en vez de Ovitrelle te voy a recetar Decapetyl, para que después de la punción te baje la regla enseguida, y a la siguiente, en noviembre, transferencia de congelados.

- (Os juro que llegados a ese punto yo ya me había perdido…) Pero… ¿no hay transferencia?

- No, pero no te preocupes. No es nada grave. Lo hacemos muy a menudo. Se ve que el ovario derecho nos ha descompensado un poco las hormonas… pero ya verás: en noviembre haremos un ciclo natural, sin medicación e implantaremos los mejores. Por cierto ¿te encuentras bien?
 
Entonces recuerdo los vómitos de ayer, el dolor exagerado en los pechos, la tristeza insoportable de los últimos días a pesar de los esfuerzos por estar animada… y se lo cuento. Y todo encaja. “Como no vas a estar mal, mi niña! Si tienes las hormonas del revés!”. Y aunque sea lo menos importante (o quizás no) yo me consuelo pensando que por una vez hay un porqué. Que en toda esta locura, algo tiene sentido. Y lloro de impotencia.
 
Sé que es sólo una piedra en el camino. Que es una buena noticia que Doc decidiera controlar mi progesterona. Que estoy en buenas manos. Pero a veces me gustaría que todo fuera más sencillo. Solo eso… solo a veces. Un poquito más fácil.
 
 
Pd.- En resumen: sábado punción, fecundación y al cabo de tres días se congelaran los mejores embriones. Cruzad los dedos, que algo salga bien!!

domingo, 12 de octubre de 2014

Seguimos!


 
 
El viernes tocó cita madrugadora con Doc, el primer control después de empezar con los pinchazos. De momento se mantiene cauto y no nos da muchas explicaciones: “5 folículos de buen tamaño en el ovario izquierdo y unos 5 más en el derecho, aunque más pequeños”. Me mira, se fija en mi cara de sueño y preocupación. Y entonces añade: “aún es muy pronto!!  A veces un ovario asimila mejor el medicamento durantes los primeros días, y luego responde el otro”. Y poco más. Le pregunto con la boca pequeña si voy mejor que en el tratamiento anterior. Y me repite que “aún es pronto”. Lo sé. Así que paciencia.
 
Hoy es mi quinto día de estimulación, y a mi amigo Gonal se le añade el Orgalutran para evitar una ovulación espontánea. De momento me encuentro bien, aunque empiezo a notarme los ovarios cargadillos, sobretodo al andar con tacones. A cada paso, “cataclac!” un pinchazo. Imagino que irá a más a partir de mañana, como en cada estimulación. Si en un ciclo normal la ovulación suele dolerme, en los tratamientos el dolor se multiplica… pero nada que no pueda soportar!!
 
Mentalmente sigo fuerte, sobretodo hoy. Mi semana-locura ha terminado y estoy muy orgullosa de haberla superado. La verdad es que han sido unos días informativamente duros con el caso de Ébola de la enfermera de Madrid. Podría escribir un blog entero sobre como ha gestionado el gobierno la situación y el papel dudoso de algunos medios de comunicación. Pero buf… esta ventana que me une a vosotras me permite desconectar de la información así que prefiero correr un (es)tupido velo. Seguro que me entendéis!!
 
Y de momento, es todo. Perdonad que sea tan “sosa” pero estoy muuuy cansada y mi neuronas no dan para más! Aún así, quería manteneros informadas…
 
Un abrazo,
 
Alba

jueves, 9 de octubre de 2014

Sobreviviré (primeros pinchazos)


Pues sí, de momento sobrevivo a mi semana loca de inicio de tratamiento y trabajo. El martes empecé con los pinchazos de nuestra tercera FIV. La definitiva. Porque yo lo valgo…
 
Al ir a la farmacia casi me da un patatús. Resulta que me han cambiado el Gonal 900 por el 1050 ¿Y cual es la diferencia? Pues que el primero viene precargado en un boli la mar de cómodo y con el segundo necesitas un cursillo de auxiliar de enfermería. Así que nada más verlo me fui a la Clínica a que me lo explicaran: “mezclas los polvos con la solución en el botecito, coges una de las jeringuillas, la llenas hasta la dosis marcada, y ala!”. 225 IU de Gonal. Un poco más que la vez anterior. Veremos como se portan mis folículos…
 
En cuanto al trabajo, una locura. Pero de momento me han respetado los horarios, así que perfecto… mañana a las ocho, primer control y analíticas. Doc se ha comprometido a no perderse ninguna cita, ni la punción ni la transferencia. “Es algo personal”, me dijo el martes en su despacho. Luego me guiñó un ojo, con ese gesto tan suyo. Y escribió en el ordenador: “la paciente inicia el tratamiento tranquila”.
 
Y es la pura verdad… tranquila e ilusionada. Parece mentira que aún sea capaz de creer que esto es posible. Pero sí. Os lo juro. Sigo soñando que a la tercera va la vencida. Y que pronto lo celebraremos…
 
 

jueves, 2 de octubre de 2014

Las cosas que no hice

 
El antibiótico que no me tomé, a los dos meses de empezar la búsqueda, “por si acaso estoy embarazada”…
 
Los pantalones que no me compré, porque “total, los voy a poder llevar dos meses”…
 
Los viajes que se quedaron en proyecto…
 
Las copas de vino que no me bebí…
 
El deporte que dejé de hacer...
 
La habitación que sigue vacía, por si algún día…
 
El dinero que ahorré, cuando las cosas se pusieron feas y los tratamientos llegaron…
 
Los deseos que pedí y no se cumplieron en fin de año, ni al soplar las velas de mi 29 cumpleaños… ni a los 30… y a los 31?
 
Los trabajos que rechacé…
 
La familia más cercana, que lo sabe, y ya no pregunta…
 
Las discusiones con Él por puro cansancio, por pura tristeza…
 
Las lágrimas que me tragué…
 
El miedo que perdí…
 
Las fuerzas que no sabía que tenía… y ahí están…
 
El deseo de volverlo a intentar…
 
… y vosotras.
 
Aunque parezca mentira, al leer esta lista que escribí en un día gris, el balance sigue siendo positivo.
 
Pd.- Estamos a la espera de que me baje la regla para empezar con los pinchazos. La semana que viene será de infarto ya que me llamaron para una sustitución en un sitio muy chulo de trabajo y no quise decir que no. Así que tendré que arreglármelas y coger las citas con DOC a las 8 de la mañana o a última hora de la tarde. Siempre y cuando no ocurra nada excepcional y tenga que viajar o hacer horas extras (los periodistas no tenemos horario, ya se sabe…). Pero si ocurre, mi chico se ha pedido vacaciones y está dispuesto a recorrerse nuestra comunidad autónoma con una neverita en la mano para traerme los pinchazos “a domicilio”! Así que crucemos los dedos y que en el lugar donde vivo no les de por armar la marimorena de noticias. Y a partir del lunes 13, tranquilitos, centrados en la punción y en lo que venga… deseadnos suerte!